Un té con Kati

Tenía 8 años, y la cabeza llena de locuras, inocencia, enfocada en ser la mejor de mi clase.  Nunca fui de muchos amigos, era una niña un poco solitaria, corría de un lado a otro en mi casa, pero en el colegio a penas me atrevía a pronunciar una palabra, quizás tenía miedo, quizás algo estaba mal y nadie se daba cuenta, porque todo lo callaba. En tercer grado expulsaron a un niño por hacer que los otros niños bajaran su ropa interior frente a las niñas; en cuarto grado el niño que yo decía que era mi novio (él no lo sabía), me saludó por primera vez, esa es una historia que les contaré en otra ocasión. En sexto grado me tuve que cortar mi cabello largo como rapunzel, hasta el hombro, por un chicle que me pegó la niña que fue impulsora del club de odio hacia mi toda mi primaria, y nunca dije nada, todo me lo guardaba. Considero que la infancia es la etapa más difícil de todas, es el tiempo en que te conoces a ti mismo, que te gustaría y que no, te descubres. La infancia de una...

Una de las cosas más importantes, y a la vez más difíciles es saber decir ¡No! "No", es una de las palabras más comunes para el ser humano, una de las más recurrentes, y por supuesto, una de las primeras que aprendemos a modular. El no es una acción definitivaa, determinante; trae detrás un sin fin de contextos, o bien, razones, pero sin embargo para muchas personas esta palabra requiere un esfuerzo extra. Decimos no, por no decir si, pero... ¿Qué pasa si no quieres ese "no" dentro de tu expresar, aunque sabes que lo necesitas?, ¿Qué pasa si se requiere de esas dos simples letras para determinar tu tranquilidad?, ¿Qué pasa si pierdes por no saber decirlo? Hay miles de interrogantes, pero la única respuesta la tienes tú. Dicen que cuando no te sientes con la potencia para decir un no, en primer punto, lo estás dudando, en segundo, sabes que no te corresponde, y en tercero, puede que sea orgullo, así de simple. En la psicología la palabra "no" es cr...

Llevo una vida convencional, me rodeo de personas distintas, confío muy rápido; todos saben que sonrío todo el tiempo, es tan fácil saber que estoy mal si no lo hago, me he vuelto tan predecible. Aunque el creer que todo está bien con una persona por el hecho que sabe muy bien ocultarlo es un caso complicado. Pensando en todo lo que está llegando a mi vida, me doy cuenta de lo frágil que soy, me vuelvo frágil cuando creo, cuando creyendo caigo. No digo que creer sea malo, al contrario, cuando crees en ti, todo se vuelve posible, encuentras motivos creados por ti mismo para esforzarte. Uno de mis libros favoritos dice: "Si crees en los sueños, ellos se crearan" y definitivamente así es, cuando deseas algo con todas las fuerzas de tu corazón, se materializa. Pero, detesto lo peros, hay dos formas de ver las cosas, la primera es una perspectiva de lo ideal, lo que queremos que sea, una completa utopía, y la otra definitivamente es la realidad. Chocar con la realidad es uno...

De todo el mundo: Hoy más que nunca estoy segura que lo que menos hacen los seres humanos es valorar, desde las cosas más chiquitas, desde lo profundo, lo simple, lo que dejan pasar por alto, pero si les llegará a faltar, el caos que ocasionaría.  El tiempo se acaba, va tan rápido que no lo ves pasar, te sometes a una rutina donde no lo disfrutas, donde tú corazón no está involucrado en las acciones. Para qué negarlo, sabes muy bien que estoy en lo cierto, que muchas veces has saludado, abrazado o dicho un Gracias por compromiso, no lo sientes, no te emocionas, no lo valoras, y ni si quiera lo piensas.  No soy quien para darte el ejemplo, yo también he dado por hecho la mayoría de cosas en mi vida, he dicho gracias sin sentirlo, he abrazado por compromiso, he saludado por educación, me he acomodado tanto que le perdí la importancia a las cosas más importantes, fui una tonta completa. Hoy que las cosas se han puesto más difíciles, que le debemos gracias a las...